El origen del café, en el mundo, no está muy bien definido ya que está envuelto por el manto de las leyendas. Lo que sí, aquellas historias tienen en común la ubicación: el Cuerno de África, en Etiopía, específicamente la provincia de Kaffa.
Dos de leyendas populares sobre el origen del café son:
- La historia de Kaldi, un pastor de cabras, quien se percató que su rebaño comió los frutos del cafeto (la planta del café cuyo nombre científico es Coffea) y que luego de ello, los animales quedaros con una energía que él no conocía.
- El relato de los monjes Sciadli y Aydrus quienes, después de una tormenta, habrían descubierto por accidente cómo tostar los granos de café.
Puedes encontrar los relatos completos de estas leyendas más abajo, en este mismo texto.
Lo que sí se conoce es que el consumo del café partió en Etiopía y que de allí se extendió al mundo musulmán. Mientras que el primer registro sobre el café en Europa data de 1583, en un libro que fue publicado por el médico y botánico alemán Leonhard Rauwolf quien, luego de regresar de un viaje por el Oriente Medio, escribió:
«Una bebida tan negra como la tinta, útil contra numerosos males, en particular los males de estómago. Sus consumidores lo toman por la mañana, con toda franqueza, en una copa de porcelana que pasa de uno a otro y de la que cada uno toma un vaso lleno. Está formada por agua y el fruto de un arbusto llamado bunnu».
Leonhard Rauwolf
Gracias a Rauwolf, los mercaderes venecianos vieron la oportunidad de realizar un negocio con el café y lo introdujeron a Europa en el año 1615 comenzando, así la globalización de esta preciada bebida.
La leyenda del pastor Kaldi y el café
Una de las leyendas más populares, y que apareció escrita en 1671, busca explicar cómo se descubrió que los granos de café se podían tostar y transformarse en la bebida que hoy conocemos, es la de Kaldi. Un pastor etíope de cabras, quien solía sacar a su rebaño a pastar por las laderas de Kaffa.
Un día Kaldi se asombró por el exceso de energía que presentaban sus cabras, las que brincaban y saltaban con una fuerza que él no había visto antes en su rebaño, luego de haber comido unos frutos rojos de unos arbustos. Intrigado, decidió comer también de aquellas bayas las que resultaron ser las cerezas rojas del café.
Pasado un tiempo, Kaldi empezó a sentirse inquieto y en la noche le costó conciliar el sueño. Preocupado por lo sucedido, el pastor decidió contarle lo ocurrido al líder espiritual de su pueblo.
El jefe religioso decidió probar aquellos frutos, los que preparó en una infusión. Sin embargo, el brebaje resultó ser demasiado amargo para su gusto y optó por desechar las cerezas lanzándolas al fuego. Fue en ese momento que el líder espiritual de Kaldi, cuando las bayas comenzaron a tostarse, empezó a sentir un agradable aroma.
Entonces, el jefe religioso intentó realizarse una nueva infusión, pero esta vez, con aquellos frutos tostados. El sabor le resultó más agradable que el de la ocasión anterior y, posteriormente, se percató que podía mantenerse despierto toda la noche debido a los efectos de esa bebida. Es por ello que dispuso que sus discípulos también la consumieran para que estuviesen lúcidos y con energía durante la oración nocturna.
Así, esta bebida, a base de las cerezas del cafeto, en sus inicios habría sido considerada como un brebaje religioso que se pasó de monasterio a monasterio para después, por sus capacidades estimulantes, convertirse en una pócima que se le daba a los guerreros.
Finalmente, la infusión terminó por convertirse en la bebida que en el mundo Árabe su consumiría para sociabilizar. Luego, el boca a boca se encargaría de propagar sus efectos hasta nuestros días.
La leyenda de los monjes Sciadli y Aydrus
Otra leyenda que trata de explicar la aparición de la cultura del café, específicamente la del tostado del grano (o torrefacción), es la de los monjes Sciadli y Aydrus.
Estos monjes, que eran los encargados de recoger los granos de café para su grupo de religioso, cierto día se toparon con una fuerte lluvia durante su labor en el campo. Al llegar a su monasterio, Sciadli y Aydrus dejaron cerca del fuego los granos de café para que se secaran, ya que debido a la tormenta estaban empapados, y se fueron a rezar.
Al regresar de sus oraciones, Sciadli y Aydrus se percataron de que un agradable aroma envolvía la habitación en la que habían dejando secando los granos de café. Los que, a esas alturas, ya estaban completamente tostados. Entonces, según esta leyenda, aquí fue el momento en que se descubrió la torrefacción o tostado del café.
El origen del café según historiadores
Dejando de lado las leyendas e historias entretenidas sobre el origen del Café, los cronistas postulan que las primeras plantas de café (cafetos) tuvieron su principio en las regiones montañosas de Etiopía, antes del siglo IX.
De las montañas de Etiopía el cafeto pasaría a Yemen, país situado al sur de la península de Arabia, para comenzar con el cultivo y producción del café. De esta forma, serían los árabes, los primeros en extraer los granos del café y quienes implantarían la costumbre de tomar café, apreciando el valor social de esta bebida, debido a que su religión, el islam, prohíbe el consumo de alcohol.
Además, es interesante notar que el término café proviene del vocablo árabe Qahwa, cuyo significado es excitante, energético, vigoroso.
¿Cómo llegó el café a Europa?
La historia del café en Europa comienza en 1583 gracias al médico y botánico alemán Leonhard Rauwolf, quien introdujo el café al viejo continente a través de su descripción en uno de sus libros, luego de un viaje por el Oriente Medio. Dada aquella información, los mercaderes vieron una oportunidad de negocio al exportar el café a Europa. De hecho, los primeros registros de comercio de café entre la república de Venecia y el norte de África datan de inicio del siglo XVII.
Posteriormente, el café llegaría a Europa occidental a través de la evolución de los diferentes imperios musulmanes. Sin embargo, su consumo comenzó a popularizarse en la región a partir del siglo XVIII.
¿Cómo llegó el café a América?
Sería a través de las colonias que los europeos tenían en América, que se implantó el cultivo del café en diversas zonas de la región.
Algunos investigadores indican que el café llegó al nuevo mundo por América del Norte, específicamente a través de Nueva York, que por aquellos años se llamaba Nueva Amsterdam, a mediados de 1600.
En lo que respecta a la historia del café en América Latina y en Centroamérica, fue Portugal quien hizo llegar los granos de café a Brasil, a las zonas de Paraná y Amazonas. Mientras que España lo envió a Costa Rica e Inglaterra lo cultivó en Jamaica.
Consumo de café en el mundo actual
De la mano con la popularización del consumo del café y sus diversos tipos o gamas, también fue en incremento la aparición de cafeterías en el mundo. Lugares que en un comienzo sirvieron como centros de reunión de intelectuales y que, en nuestros días, son las tiendas especializadas en servirnos una buena taza de café.
En la actualidad, el café se consume Europa, Asia, América y África. Siendo los países nórdicos quienes más disfrutan de esta infusión, seguidos de Estados Unidos, Italia y España.
En tanto que los principales países productores de café son: Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia y Etiopía. Regiones que tienen destinadas zonas amplias para las plantaciones del cafeto.